lunes, 14 de marzo de 2011

Poesia para mis días grises.

Cuando encuentres
que, ausente de la gente que nos mira y nos rodea
enteramente lejos,
camino con los ojos en el suelo
por una calle azul verde cualquiera;
y digas mi nombre para acompañarme
y yo no conteste;
y busques razón valedera
para mi silencio; y o la halles,
te ruego que creas
que a veces los hombres andamos con músicas raras,
por los laberintos de alguna tristeza
por los recovecos oscuros y lentos
de la consciencia,
por sueños lejísimos-que de pronto-vuelven
a vivir con uno
a trepar por uno, como enredaderas.
A veces los hombres tenemos
recuerdos vitales, dormidos, calladas raíces
adentro del cuerpo, debajo de esta
presumida y pobre cáscara de tierra
con las que debemos conversar a solas,
dialogar ausencias.
No quieras llamarme
cuando veas
que camino
con los ojos sobre los zapatos, esquivando el tiempo,
por una calle, verde, azul, cualquiera.

                                                 Anzoategüi


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