jueves, 20 de febrero de 2014

Flotando en el vacío

Flotando en el vacío. No existo para nadie. No existo para ti.
Desde temprano, el corazón agitado por una llamada que nunca llegará,
Por un encuentro que no se producirá.
 Señalada queda la fecha en la agenda. Un círculo rojo sobre un fondo blanco.
Hoy estaba  escrito que estaría entre tus brazos, que sentiría tu calor pegado a mi piel, que tus manos me recorrerían aliviado mis dolencias, que tu respiración sincronizada a la mía nos abriría la puerta del cielo o nos sumiría en el más profundo infierno. Voluntaria bajaría, a los dominios del Dante  cogida a tu mano, para   perdernos  en ese abismo que ambos presentimos. Retorcernos en las llamas sería fundar nuestro propio paraíso.
Quizás  tú y yo sólo podamos vivir en esa dimensión, en esa irrealidad que hacemos posible cuando respiramos juntos, cuando las murallas se bajan, cuando los cocodrilos de tu fosa duermen, y un beso en tu cuello es un puente para llegar a tu boca, y tus labios finos, voluntariamente cerrados, por fin se entreabren invitando a mi lengua a hospedarse en su humedad. Y así llego a tu corazón, te siento aflojar los músculos a mi contacto, la energía que sube por tu columna, y yo, frágil, con todo el miedo del mundo asomado a mis dedos, yo que antes me hubiera quedado quieta, pasiva, temerosa, despierto en mi esa diosa callada, y me entrego, a tu capricho, a tu deseo, a tu dualidad, a tu lucha atormentada. Siempre a la espera de quién ganará la batalla, si el mundo de horarios y compromisos, de realidades y esquemas, o la magia anhelada, el puerto seguro que nos hace inmortales, al menos  durante esa hora y media en que estamos juntos.


VRFC